Una de las preguntas más frecuentes es cuánto suero hay que poner al animal y en cuántas veces hay que repartirlo. En estos casos lo mejor es no fiarse de foros ni artículos, sino exclusivamente de nuestro veterinario ya que él conoce el estado exacto del animal, su peso y sus características.
Muchos dueños de gatos se estresan mucho cuando deben de poner el suero y esto se transmite al animal. Evidentemente, las primeras veces es algo complicado para todo el mundo, pero lo mejor es empezar con unos pocos mimos y hacerlo siempre en un ambiente tranquilo.
Preparar el suero
El suero, generalmente, se guarda en la nevera. Pero no se le debe de poner al animal directamente, ya que estará muy frío. Un truco rápido y sencillo consiste en abrir el agua replicas breitling caliente y colocar la jeringa debajo para que el líquido adquiera temperatura ambiente. Incluso se puede dejar la jeringa en agua caliente para que coja una temperatura agradable.
También se puede llenar la jeringa unas horas antes de aplicarla y guardarla fuera de la nevera. Así nos aseguramos de que no va a estar tan fría.
Algunos animales son muy sensibles al pinchazo mientras que otros prácticamente ni lo notan. Ahí entra en juego el tipo de piel, lo bien que pinche el dueño y, como no, lo quejicas que sea nuestro minino. Para evitar el dolor se puede aplicar un poquito de hielo en la zona justo antes de pinchar. Esto insensibiliza la piel y lo hace más sencillo.
Preparar al animal
En la mayoría de los casos no hay mucha preparación previa, tan solo hay que calmarlo con caricias y sujetarlo con cariño. Pero si el animal es propenso a las infecciones o si lleva ya muchos meses con kopior klockor pinchazos el veterinario puede recomendar afeitar la zona en la que se le pincha habitualmente, normalmente más de una, para desinfectar de cada vez que se pique.
El suero se introduce muy poco a poco para evitar molestias y, una vez que se acaba, se recomienda felicitar al animal y darle unos mimos de recompensa. Algunas personas dicen que les funciona darles chuches o comida a sus gatos mientras le inyectan el suero, pero esto no es lo más recomendable en general. Aunque cada gato es un mundo, lo normal es que si se hace esto el peludo acabe rechazando esa comida porque la asocia al pinchazo.
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